Aprendiz de la vida

martes, 31 de marzo de 2015

Tecnología, ¿beneficia o perjudica el desarrollo de los niños?

Los niños menores de cinco años tienen una habilidad sorprendente para saber cómo dominar las nuevas tecnologías.Desde teléfonos inteligentes hasta tabletas y juegos de consola, no es inusual ver a un niño de uno o dos años deslizar de forma intuitiva las pantallas y presionar los botones con seguridad.Incluso si los padres disfrutan de la paz momentánea que produce darle a un pequeño un aparato para que juegue, en secreto les preocupa si ese tiempo al frente de la pantalla le está causando daños en el cerebro.Pero al parecer, estos juguetes tecnológicos pueden ser beneficiosos para el aprendizaje. Y cuanto más interactivo, mejor.

Un estudio de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, presentado esta semana en una conferencia de la Sociedad para la Investigación del Desarrollo Infantil, descubrió que los niños de entre dos y tres años eran más propensos a responder a pantallas táctiles que a las que no requieren de interacción (como la televisión).Según la investigación, mientras más interactiva y más real sea la pantalla, más familiar se siente desde la perspectiva de un niño de dos años.Heather Kirkorian, profesora en estudios del desarrollo humano y familiar, explicó que su trabajo es un indicativo de que las pantallas táctiles pueden tener un uso potencial para la educación de los bebés.
Cuando realizó otra prueba sobre aprendizaje del habla, los resultados fueron similares."Los niños que están interactuando con la pantalla mejoran mucho más rápido, cometen menos errores y aprenden a un ritmo más acelerado", afirmó la especialista."Pero no los estamos convirtiendo en genios, sólo los ayudamos a tener un poco más de información". Así que ya pueden respirar más tranquilos, sus hijos sólo están haciendo lo normal, interactúan con el mundo.

En cualquier caso, la tecnología, en la forma de celulares y tabletas, está aquí para quedarse. Muchas escuelas primarias y algunos establecimienos prescolares de Reino Unido están introduciendo iPads en sus salones de clase para facilitar el aprendizaje. Entender la tecnología y cómo funciona forma parte del currículo. A veces es sorprendente la naturalidad con la que los bebés manejan los aparatos."No soy una de esas personas que cree que no deberíamos exponer a los niños a celulares, tabletas y otros dispositivos", comentó Helen Moylett, presidenta deEarly Education, una fundación que tiene como meta mejorar la calidad de la enseñanza y de los niños menores de cinco años."(La tecnología) puede ser una herramienta útil e interesante si se utiliza en el lugar adecuado para ayudarnos a aprender, y no todo el tiempo ni como reemplazo de otras cosas".

No obstante, la mayor preocupación de Moylett es que no siempre los padres son un buen ejemplo."Veo a padres enviando mensajes de texto mientras caminan. Muchas veces están enganchados a sus aparatos, que se convierten en una barrera de comunicación con sus hijos".Un estudio reciente de la escuela de educación de la Universidad de Stirling, en Escocia, descubrió que la actitud de la familia en casa respecto a la tecnología era un factor importante en la relación del niño con ella."Las experiencias de los niños de tres a cinco años están mediadas por el contexto sociocultural de cada familia y por las preferencias de cada niño", fue la conclusión de la investigación."No es la tecnología la que impulsó o dominó la experiencia de los niños, sino que fueron sus deseos y la cultura de la familia lo que formó el tipo de compromiso".

Según Christine Stephen, autora del estudio, la mayoría de los padres entienden los peligros de la adicción y la pasividad, por lo que implementan reglas para establecer horarios al frente de la pantalla que asegure que el niño tenga una variedad de actividades tanto dentro como fuera de casa.  Mal hábitoPero existen otros expertos que no están de acuerdo.
El psicólogo Aric Sigman ha declarado con frecuencia que los niños están más expuestos que nunca a la pantalla y que este hábito debe ser cambiado, pues podría llevar a la adicción o depresión.Hay quienes advierten de la sobre exposición a la pantalla.Sigman calcula que los pequeños que nacen ahora pasarán el equivalente a un año pegado a las pantallas antes de cumplir los siete años.

De ser cierto, poca gente podría negar que sea un dato preocupante.Si sólo el 9% de los niños en Reino Unido no tiene acceso a una computadora en casa o en la escuela, podría afirmarse que las pantallas son dominantes y que, al parecer, no hay vuelta atrás.Entonces, la clave podría estar en que los niños aprovechen al máximo su tiempo frente a la pantalla, descargando las mejores aplicaciones y programas que contribuyan a su aprendizaje.Jackie Marsh, profesora de educación de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, considera que es necesario realizar más investigaciones en esta área: "Describir qué es lo que creemos que deben ser los principios de buenas aplicaciones, porque hay una falta de un recursos central para los maestros. No se trata sólo de darles iPad". 
Desarrollo de habilidades Marsh considera que programas de buena calidad pueden ayudar a niños con problemas de aprendizaje para desarrollar las habilidades que no tienen.La experta explicó, además, que los sitios de internet también pueden ofrecerles a los niños un espacio virtual para desarrollar la autoconfianza cuando no puedan hacerlo en casa o en el salón de clases.Su mensaje a los padres es que dos horas de pantalla cada día es suficiente para niños menores de seis años.Marsh agrega que, a pesar de que hay una minoría que considera que las pantallas no son saludables, no hay evidencias que sugieran que son perjudiciales.

Otro estudio afirma que los niños se aburren con rapidez con un tipo de medio y tienden a combinar el tiempo al frente de una pantalla con juegos de muñecos o corriendo en espacios abiertos."Podemos caer en pánico sobre esto, pero los pequeños son muy curiosos y perspicaces", sostiene Helen Moylett. "Los niños van a estar expuestos a todo tipo de cosas". Quizás, al final, sólo quieren disfrutar de la tecnología de la misma forma que lo hacen los adultos. 

martes, 17 de marzo de 2015

El Gran Hermano va a la escuela



Leyendo el blog de Josemi he dado con un articulo que ha llamado mucho mi atencion y que me ha parecido apropiado compartir en mi blog. 

 [Fuente:http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/03/13/catalunya/1426275647_125764.html]

Gemma Galdon Clavell

Mientras a los adultos se nos pide que sacrifiquemos privacidad a cambio de libertad, los estudiantes pierden una y otra.

Hace solo unos días, el Consell Escolar de Catalunya publicaba un documento alentando al uso de los móviles en las aulas. La publicación de este informe coincidiendo con el Mobile World Congress apostaba, acertadamente, por relacionar los debates educativos con la actualidad tecnológica. Sin embargo, este debate parece llegarnos cuando la comunidad educativa global se encuentra ya a años luz del enfoque que plantea el Consell. Abrimos un debate que ya ha caducado.

La relación entre la tecnología y los procesos de aprendizaje ha tomado desde hace tiempo caminos mucho más innovadores a la par que preocupantes, en los que los retos del Big Data, la EdTech, las tecnologías inteligentes y la vigilancia se enfrentan al desafío de lidiar con menores y respetar el derecho de los niños y niñas a desarrollar su autonomía sin ser sometidos a la vigilancia constante de sus actividades ni exponerse a la explotación privada de sus datos académicos y personales.

En Estados Unidos el debate es tan intenso que ha derivado ya en propuestas legislativas. En enero Obama anunció la Ley de Privacidad Digital para los Estudiantes, y recientemente empresas como Google, Apple, Microsoft y las grandes proveedoras de tecnologías vinculadas al aprendizaje firmaron el Compromiso con la Privacidad de los Estudiantes para abordar específicamente estos temas. En realidad la preocupación por cómo se recogen y gestionan los datos de los y las alumnas estalló hace casi un año, cuando una de las historias empresariales de éxito de la era de los datos, la start-up InBloom, quebró entre acusaciones de vulnerar la privacidad de alumnado y escuelas.

InBloom se había creado unos pocos años antes para proporcionar a los centros educativos un espacio en la nube para almacenar todos los datos resultantes de la vinculación entre el alumnado y su escuela. Un Dropbox masivo para escuelas que fue adoptado por distritos enteros hasta que algunos padres y madres empezaron a preguntar sobre la seguridad y la privacidad de esos datos. ¿Podían acabar los expedientes académicos en manos de terceras empresas y determinar el futuro de sus hijos? ¿Cómo se protegían datos personales sensibles, como las dificultades de aprendizaje o acontecimientos familiares relevantes? ¿Preveía InBloom almacenar los datos eternamente? ¿Qué decisiones sobre las criaturas se estaban tomando en base a los datos generados por el comportamiento online, sin hablar con el alumnado ni tener en cuenta las diferencias con los entornos online y offline?

Es evidente que en nombre de la autonomía, la alfabetización digital y la innovación, hemos convertido a los jóvenes en ciudadanos hípercontrolados

El caso InBloom reveló el interés comercial por esta cantidad ingente de datos personales, así como la ubicuidad de las tecnologías en el aula: desde videovigilancia a controles biométricos de la huella digital al entrar en clase, pasando por el control por tecnología NFC a los niños y niñas que se desplazan solos, y las plataformas de aprendizaje y evaluación online que registran cómo aprende cada estudiante: cuándo accede a la plataforma, qué teclea mientras está en ella, qué documentos abre y durante cuánto tiempo, qué webs visita durante y después, y cómo afecta el aprendizaje al comportamiento online de los menores. Un Gran Hermano específico para estudiantes.

En muchos países es ya evidente que en nombre de la autonomía, la alfabetización digital y la innovación, hemos convertido a los jóvenes en ciudadanos hípercontrolados a los que jamás se les pide el consentimiento ni se les pregunta si son conscientes de las consecuencias sobre su privacidad de las decisiones tecnológicas de (las instituciones de) los mayores. Mientras a los adultos se nos pide que sacrifiquemos privacidad a cambio de libertad, los estudiantes pierden tanto lo uno como lo otro. Recogemos sus datos desde que se levantan hasta que se acuestan, les hacemos participar involuntariamente en experimentos de análisis de pautas de aprendizaje sin que ni adultos ni supervisores puedan dar cuenta de cómo se recogen y gestionan los datos, ni a qué usos se destinan cuando acaban en manos de terceros. Y cuando los estudios nos dicen que la consciencia de esta vigilancia hace a los jóvenes más desconfiados hacia las instituciones, miramos para otro lado.

Avanzamos sonámbulos hacia un futuro tecnológico al que no interrogamos nunca sobre sus efectos negativos. Cuando el mundo pide soluciones de EdTech innovadoras, responsables, auditables, que respeten la privacidad y la autonomía de los y las estudiantes, nosotros seguimos fascinados por las maquinitas y nos conformamos con un debate sobre el uso del móvil en el aula que parece tan antiguo como desenfocado.

Potenciar el uso de la tecnología en el aula debería pasar también por desarrollar y potenciar aquellas soluciones que respetan la privacidad y los derechos del alumnado al que dicen servir. Podríamos, por una vez, aspirar a aportar esas soluciones al mundo. Podríamos, por qué no, dejar de conformarnos con reproducir debates antiguos y apostar por ser protagonistas de los desarrollos tecnológicos que permitirán maximizar el potencial de las nuevas tecnologías sin ningunear la privacidad de los usuarios.

La promesa digital

El anterior día de clase vimos un documental sobre el Big Bang Data. Tras ver el documental al final de la clase hicimos un pequeño debate sobre el vídeo y cada uno aporto su opinión.

El Big Bang Data es un proyecto que se adentra en el fenómeno de la explosión de datos en el que estamos inmersos. Desde los últimos cinco años existe una amplia conciencia entre los sectores académicos, científicos, las administraciones, la empresa y la cultura, de que generar, procesar y, sobre todo, interpretar datos con las tecnologías que estamos desarrollando puede cambiar radicalmente nuestra sociedad.

Todos generamos datos, desde nuestro dispositivo móvil, a través de los sensores, de las redes sociales, de fotos y vídeos digitales, de registros de transacciones de compra y de las señales del GPS. La novedad es que cada vez es más fácil almacenar y procesar esta cantidad ingente de datos que detectan patrones. Este hecho está cambiando completa y muy rápidamente la forma de toma de decisiones a todos los niveles.

lunes, 16 de marzo de 2015

The Future of Augmented Reality


A continuación, os presento un vídeo muy interesante que han compartido mis compañeras. El vídeo habla sobre la Realidad Aumentada, tema muy común hoy en día. 

Trabajar la mirada


En clases de semanas anteriores, hemos realizado una actividad analizando imágenes personales. Para realizar esta actividad obtuvimos la ayuda de una profesora de plástica y una alumna de máster que nos dieron una ficha para rellenar que contenían estas preguntas:

a) 1.¿Qué imagen has elegido? Una fotografía que evoca recuerdos ( Familiares, de amigas, etc.), un poster, forma parte de una portada musical, etc ¿De quién es la autoría de la  imagen? Y ¿Por qué he elegido esta imagen?
    2. ¿Cómo te ves a partir de esta imagen? ¿Qué te dice sobre ti misma? ¿Cómo hace que veas el mundo esta imagen? ¿Qué te dice sobre el mundo en el que vives?

b) Selecciona temas relevantes de estos contenidos y elabora un informe final

c) Trata de poner en relación este análisis con las imágenes que vemos en Internet.

La actividad consistía en traer una imagen significativa que hubiese influido en tu vida. Cada una trajimos nuestra imagen personal y rellenamos las preguntas mencionadas anteriormente. Posteriormente, teníamos que intercambiar las fotos con nuestras compañeras y completar la segunda pregunta de la ficha.

Por último., después de examinar las imágenes de mis compañeras termine de completar las preguntas B y C. 

He decidido postar esta actividad por que me a parecido una actividad muy interesante para trabajar. He aprendido a ver una imagen desde otro punto de vista. Me a parecido un tema muy importante y interesante para trabajar.